El 1 de julio el Congreso de Costa Rica autorizó la llegada de 46 buques de guerra y 7 mil tropas estadounidenses a las costas costarricenses para realizar operaciones militares, misiones antinarcóticos y supuestas acciones humanitarias en la región.
También se ha autorizado la entrada de submarinos de combate, naves tipo catamarán, un buque hospital y vehículos de reconocimiento y combate con la capacidad de movimiento tanto por mar como por tierra. Podrá ingresar a Costa Rica el buque USS Freedom, con la capacidad para combatir a submarinos.
Un documento oficial enviado de la Embajada de Estados Unidos en Costa Rica al Ministerio de Seguridad del país centroamericano explicó las condiciones de impunidad plena que disfrutarán los soldados estadounidenses, “El personal de los Estados Unidos en Costa Rica podrá disfrutar de libertad de movimiento y el derecho de realizar las actividades que considere necesarias en el desempeño de su misión”.
La autorización, solicitada por la nueva presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, fue aprobada por el Congreso para un periodo de seis meses, hasta el 31 de diciembre de 2010. No obstante, sectores políticos del país se oponen a ésta medida, y consideran que “la magnitud bélica de la presencia militar estadounidense violenta la soberanía del país”.
El año pasado, Estados Unidos y Colombia firmaron un acuerdo militar para permitir el uso de siete bases militares en el territorio colombiano, además de cualquier otra instalación civil o militar que sea necesaria para el cumplimiento de las operaciones y misiones estadounidenses en Suramérica. Un documento oficial de la Fuerza Aérea de Estados Unidos reveló que su presencia en Colombia era necesaria para poder ejecutar operaciones militares de “amplio espectro” por todo el continente. Además, el documento indicó que desde Colombia, las fuerzas estadounidenses combatirían “la constante amenaza de…los gobiernos anti-estadounidenses en la región”, haciendo referencia a los vecinos de Colombia, como Venezuela, Ecuador y Bolivia, considerados por Washington como “adversarios”.
El documento de la Fuerza Aérea también habló de la capacitación de las Fuerzas Armadas estadounidenses para poder ejecutar “una guerra de forma expedita” en la región, utilizando a Colombia cómo base de operaciones.
La Comisión Nacional de Enlace, en un “comunicado urgente” denunció que Estados Unidos ocupa Costa Rica y la suma a su agenda de guerra. Al repudiar tal presencia, en un país que se caracterizó por no tener fuerzas armadas propias, la Comisión
sostiene que “esta nueva fase, la ocupación militar, es una consecuencia directa derivada de los compromisos adquiridos en el capítulo de seguridad en el marco del TLC, firmado por Oscar Arias, que ya había convertido a Costa Rica en un protectorado de EEUU. Con esta acción –agrega-, el gobierno de Laura Chinchilla, apoyado por la cúpula política del PLN, respaldada por el ML y RN se suma abiertamente al Plan Colombia y a la agenda de agresión y guerra contra la República Bolivariana de Venezuela y otros países suramericanos amenazados abiertamente por EEUU”.